John Davis, fundados y consejero delegado de Kegel, ha fallecido hoy viernes a los 64 años en su casa de Florida.
La noticia está también en la web de Kegel.
Davis es una de las pocas personas de las que se puede decir con propiedad que revolucionó su sector. Para el bowling, amateur pero también profesional, entendido no sólo por la pertenencia o relación con la PBA, las aportaciones de Davis han sido lo que se conoce como un game-changer.
David levantó de la nada una compañia y la convirtió en una marca conocida en todo el mundo. Miles de jugadores de todos los continentes asocian Kegel a calidad. Al primer centro de entrenamiento de alto nivel de verdad. Al sueño de todo jugador. Lo asocian a las increíbles máquinas kustodian y a la profesionalización del elemento más anárquíco y polémico de nuestro deporte: el mantenimiento de pistas.
Kegel, de la mano de su fundador, apostó por llevar la ciencia a donde dominaba la aleatoriedad. Apostó e inviertió cientos de miles de dólares en maquinaria, en materiales, diseños y pruebas. En llevar la luz a la oscuridad.
Desarrolló una tecnología puntera para pistas, obligando a las grandes marcas de toda la vida a ponerse las pilas. Davis creó un equipo de altísimo nivel, con ingenieros, jugadores, enternadores, expertos en materiales y diseñadores para dar una imagen de seriedad de la que el bowling carecía y sigue careciendo.
La empresa seguirá tras él. Está consolidada y es una referencia incluso en estos tiempos de crisis y pesimismo. Pero el bowling, que tanto le debe y le deberá, se queda tan huérfano como su familia y sus amigos.
Descanse en paz.
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2 comentarios:
Si tiene que morirse alguien para que Pablo escriba aqui... ¿se puede elegir la siguiente víctima?
En efecto este hombre fue un visionario.
En su momento nadie creía que invertir en el desarrollo
de una máquina para aceitar las pistas, pudiera ser ni necesario ni por supuesto rentable.
El confió en Don Agent, el creador de la mítica DBA, y lo contrató para desarrollar las no menos míticas Kegel Phoenix.
Desarrollaron la primera máquina de tecnología de inyección, la inigualable Kustodian.
Y a partir de ahí, la historia del mantenimiento de pistas cambia radicalmente.
La precisión y repetitividad en los patrones fue posible desde ese momento.
Como dice Pablo, una gran pérdida sin duda alguna.
Confiemos en que su legado perdure durante mucho tiempo.
Un saludo
Carlos Velasco
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