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Los Rascadores: Equipos de cinco (2ª parte)

domingo, diciembre 14, 2014

Equipos de cinco (2ª parte)

Hoy ha finalizado el evento de quintetos de este mundial. Para la mayoría de jugadores supone el fin del mundial, pues sólo los 24 primeros, sumadas las partidas de los cuatro eventos, tienen acceso a disputar el Master.

Si ayer fue un día grandioso y feliz para la delegación española, hoy no hemos podido continuar con la racha. Se ha luchado, se ha sufrido, se ha intentado de todo, pero hoy los dioses de los bolos no estaban de nuestro lado.

No hablo de buena o mala suerte, hablo del poder que tiene el estar on fire y de lo contagioso de ese estado de ánimo. No hemos podido estar metidos en ningún momento. Puede ser que el patrón medio no se ha dado especialmente bien a casi ninguno (exceptuando Melvin), puede ser que el verse relativamente cerca de una gran gesta haya pesado en el subconsciente colectivo, pueden ser cientos de cosas. Realmente no es relevante el porqué. Hoy he visto a nuestro equipo luchar y sufrir al ver que con cada fallo, con cada split, el sueño se iba esfumando.

A todos nos hubiese gustado poner un broche de oro a nuestra rentrée en las competiciones internacionales, pero este sabor agridulce del último día de juego no puede eclipsar lo vivido ayer.
Sigo estando super orgulloso de este grupo, y mi valoración de su esfuerzo y su entrega es altísma. Sigo brindando por ellos.

Hoy se han ido un poco derrotados de la bolera, pero si mañana hubiese que seguir jugando, ahí estarían todos a la hora marcada dispuestos a volver a la pelea, dispuestos a comerse el mundo de nuevo. Mis más sinceras felicitaciones para mis jugadores, mis amigos, mis compañeros.

Quiero desde aqui pedir disculpas por los innumerables errores que a buen seguro he cometido en mi labor de delegado/coach, y que espero y deseo sepan entender. Tambien para mi esta faceta era algo nuevo.

No quiero dejar pasar por alto tampoco en mis agradecimientos a una persona increible, Teresa Barriopedro, Cuchi para los más amigos. Poca gente en este mundillo, por no decir nadie, haría lo que ella ha hecho. Pagarse de su bolsillo el viaje, hotel, comidas, tasas oficiales, etcétera para vivir el mundial desde dentro.

Sin tener obligación, ha estado con el equipo y conmigo todos los días, con sus madrugones incluidos. Ha pasado en la gélida bolera tantas horas como yo. Ayudando en todo lo que podía.
Gracias a ella, todo ha sido mas fácil. Mi labor en la pista con el equipo se ha visto beneficiada notablemente.

El hecho de mirar atrás y poder pedir cualquier cosa que necesites y que Cuchi esté ahí, simpre ahí con su mejor cara y su mejor disposición, es algo que no se paga con dinero. Aunque a nivel formal, ella no formaba parte de la expedición que salía de España,para nosotros, ha sido un lujo poder contar con su trabajo y su colaboración. Creo hablar en nombre de todos los jugadores al decirle: ¡Gracias Cuchi!

Las finales


Sobre la final de equipos, supongo que los pocos que leen estas pobres letras que he ido mal juntando día a día, ya sabrán cómo ha quedado por el online scoring, y la retrasmisión en directo por internet.

Pero por si acaso alguien no lo ha podido ver, lo voy a tratar de relatar lo mejor que pueda.

Finalmente las cuatro selecciones que se han ganado el derecho a la lucha por los metales han sido
Corea, Australia, EEUU y Suecia. Hoy se han apretado las posiciones de forma increíble.

Si ayer Finlandia estaba liderando el evento con Suecia, Corea y Puerto Rico en las cuatro primeras posiciones, hoy la clasificación era una montaña rusa. Finlandia perdía gas rápidaménte lo mismo que los portoriqueños, Noruega, de la mano de Tore, escalaba posiciones hasta el tercer escalón. El poderoso Team USA no terminaba de estar arriba, pero siempre se espera lo mejor de ellos.

Malasia, liderada por el gran Adrian Ang y por el joven Timmy Tan, ocupaba provisionalmente la última posición para la gloria.

Mientras tanto, Australia, que ayer acabó en la décima posición, escalaba puestos o golpe de partidas brutales de su líder, Jason Belmonte.

Lo grandioso del evento de equipos es eso, que todo es posible, que cuando uno de los "grandes" tiene el momento, arrastra al equipo y todos suben como la espuma.

Los americanos que ayer sobrevivieron basicamente por Chris Barnes, y Bill O'Neill, hoy han visto como emergían en el patrón medio las figuras de Fagan y de Tommy Jones. O'Neill ha sido el mejor de los Pros en los dos patrones.

Pero la sorpresa, (sorpresa relativa claro), ha sido Australia, que de la décima posición ha llegado al segundo escalón, sólo superados por los inalcanzables Coreanos y sus misiles de uretano.

Los aussie han logrado una estupenda última partida de 1135 bolos, y eso que esta vez no fue Belmonte el que más tiró, sino su compañero Brendan Meads.

Los americanos se la han jugado en la última partida, ya que a esas alturas estaban fuera de la lucha. Pero son pros por algo, una magnífica partida de 1146 bolos sacaba a malayos y noruegos de sus puestos de privilegio.

Las semis quedaban así: Corea vs Australia, y USA vs Suecia y ambas partidas han sido un paseo militar para coreanos y americanos. Simplemente ni suecos ni australianos han tenido la mas mínima posibilidad.

Pero quedaba la final, y luchar por el oro es otra historia. Esa partida sí que ha sido un espectáculo. Si no habéis visto el vídeo y queréis disfrutar, quizás lo mejor sea que dejéis de leer y volváis después, porque merece mucho la pena. Ha sido una de las mejores que recordamos.



Los coreanos empezaron algo más dubitativos de lo normal, ya que en los cinco primeros lanzamientos dejaron dos cuadros abiertos. Por su parte Fagan y compañia empezaron con 4 strikes de cinco posibles.

Dato importante: los coreanos optaron por el uretano. Se sienten más cómodos que nadie en todo el mundo con este material. Son jugadores de muchas revoluciones y con el material logran una reacción más predecible y una pegada formidable. Y en un patrón como el medio parecía que podía necesitar menos ajustes que los norteamericanos. Estos optaron por bolas reactivas, pero como los ocho diestros estaban bastante por fuera, la transición se volvió complicada pronto.

Además,  los coreanos son tozudos y no se vienen abajo así como así. El poderoso Bokeum Choi, seguramente el jugador más determinante de las últimas décadas, y quizás de toda la historia de los mundiales, ha empezado su festival de plenos y con sus gestos y gritos de ánimo ha conseguido ponerlos enseguida en la pelea.

Si a mitad de partida parecía que los PBA iban a despegarse, todo empezó a cambiar poco a poco. Y en el cuadro nueve, todo pintaba de color asiatico.

 El cierre de Korea, Heewon Kang, llevaba 4 strikes consecutivos, y en ese mismo frame, Chris Barnes fallaba de forma increible el bolo 10. Para mas desgracia para ellos, Sean Rash dejaba un feísimo split que suponían dos cuadros abiertos en el foundation frame.

El décimo cuadro de la partida decidiría el ganador. Llegaron ambos equipos con 923 apuntados, pero Corea con un par de dobles y sin fallo, y los americanos con dos cuadros abiertos.

Fagan, que abría, hizo su trabajo y puso el triple, recortando la diferencia ya que el coreano sólo puso la marca.

Mister Barnes, bastante perdido toda la jornada, y sin reacción potente, hizo pocket, pero volvió a dejar el 10 y sólo pudo poner el spare. 

Choi, en cambio, dio la réplica con un cierre perfecto, brutal. Un doble maravilloso que contagió a su equipo y, parecía, dejaba todo sentenciado.

Sin embargo, no se puede vender la piel del oso tan pronto. Bill O'Neill puso otro triple de cierre. Y Sean Rash también puso el cierre completo, y volvió a limar las distancias. Poderoso su grito tras el doble diciendo "esto no se ha terminado".

Corea lo tenía sencillo. Bastaba con que sus dos últimos jugadores marcaran y todo se acababa.
Pero el silencio se hizo en la bolera cuando Haesol Hong empujó y la bola se coló, dejando el 2-4-7. Un spare sencillo para las máquinas coreanas, pero lanzó mal y dejó el cuadro abierto, devolviendo la esperanza a los norteamericanos. Un cierre apretado, el final soñado de un mundial. La tirada que todos hemos soñado alguna vez, la oportunidad de llevar el oro a tu país. 

Corea dependia de ella misma. Si el super rascador Heewon Kang ligaba el quinto strike seguido, la puerta estaría sellada y el oro decidido. Un jugador que, técnicamente, no parece igual de bueno que otros de sus compañeros, pero que si cierra el quinteto de una nación tan poderosa, es por algo.

Heewon se subió al approach con la única arma que tenia, su Pitch Black de uretano. Su bola corrió desde el centro de la pista hasta el listón 7, y desde ahí inició su camino hacia el pocket. Todos cantábamos strike en nuestra mente, porque se lo habíamos visto repetir durante toda la partida. La bola rompió los bolos de forma brutal, demasiado brutal. Tanto, que de forma increíble el bolo 8 había decidido que aún no era el momento de echar el cierre.

El gesto de celebración del koreano, se quedó en una grotesca mueca entre incredulidad y desesperación. Por la cabeza de todos pasó uno de los momentos más tremendos de la historia de los mundiales, la final del Máster de 1995, cuando el sueco Raymond Janson dejó un 8 salvaje, dando la victoria al mítico Chen Ming Yang.

Tras el gran varapalo, ahora todo dependia de Tommy Jones. Es un pro, un jugador superlativo. pensamos todos. Tiene que poner el cierre completo, pero es un pro, es Jones. Y Tommy cogió su fusil, y sin la mas mínima vacilación lanzó su bola que destrozó sin paliativos todos los bolos. Gritos de euforia en el lado yanqui.

Kang, remató sin problemas el bolo 8 que estaba a punto de costarle una medalla de oro. La medalla de oro.

Tommy volvió a realizar su peculiar rutina de lanzamiento. Muy serio toda la partida, metió el dedo gordo primero, se concentró, se volvió a colocar exactamente en el mismos sitio y volvió a lanzar con la misma decisión que el tiro anterior. Todo a cara o cruz en un tiro, la bola como un misil. El momento mágico, el universo en un instante.

La bola se movió perfecta, cerró con fuerza y... dejó el palo 10. Un palo 10 inesperado entre los gritos de sorpresa y decepción de sus compañeros. Ya habían casi cantado el strike, la partida, el oro. Pero no pudo ser. El Dios de los bolos castigó a Corea con un susto, pero no se ensañó.

Una victoria peleada, trabajada, más que merecida. Inmenso trabajo el de los coreanos en los últimos 10 años. Mundial tras mundial lo demuestran. Cuando se hacen bien las cosas, los resultados llegan.

Vaya día. Y vaya final. Mañana por la mañana, el Master.


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