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¿Qué extraña relación puede unir dos mundos tan aparentemente apartados como el del bowling y la música punk? La respuesta es sencilla, y se encuentra en la tierra donde todo es posible, Estados Unidos.
La capital del ocio y el juego, Las Vegas, acoge el próximo mes de mayo la duodécima edición del Punk Rock Bowling Festival, un gran evento lúdico-musical que descansa en dos fundamentos sencillos: los bolos y la música punkrock.
Durante 3 días, del 7 al 9 de mayo, el hotel-casino Sunset Station se convertirá en una gran fiesta en la que, por el día se jugará a bolos (y poker, claro), y por la tarde-noche actuarán algunos de los mejores grupos de la escena punk.
¿Quién puede jugar? Pues todos los asistentes al festival. Formados en equipos de cuatro jugadores, hasta 210 conjuntos competirán entre sí para poder hacerse con alguno de los premios, cuyo montante total es de más de 12.000 dólares. Para que luego digan que en el bowling no hay dinero...
De esos 210 equipos, que competirán entre sí en formato liga, quedarán 64 para un play-off en eliminatoria directa. Quien gana, pasa ronda; quien pierde, a casa.
En este peculiar torneo se involucra todo el mundo, desde artistas hasta simples espectadores. Valga el ejemplo de los últimos ganadores, el prestigioso sello discográfico Epitaph Records.
Eso sí, a diferencia de los eventos a los que estamos acostumbrados, y como la música es el segundo leitmotiv de la velada, la organización ya ha avisado de que el torneo de bolos se desarrollará con la música a todo volumen, un plan inmejorable para los aficionados a estos sonidos.
La misma premisa se cumplirá con el torneo de poker paralelo que también se celebra durante el festival. Con un buy-in de 100 dólares, los jugadores de bolos (es requisito imprescindible haberse apuntado al torneo) que caigan eliminados pueden probar fortuna con las cartas.
Si alguien se anima, ya sabe.
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