Perdón por el exabrupto pero no encuentro mejor forma de definir a Lasse Lintila. Es, simple y llanamente, el puto amo del bowling.
El jugador, quizás, con más clase de Europa. Un crack en las pistas y fuera de ellas. Un jugador que sólo juega lo que quiere y cuando quiere. Es decir, poco y escogiendo por formato o por ciudad. Ya no disputa el Tour Europeo pero viaja unas cuantas veces al año para matar el gusanillo y financiarse el resto del año.
Y vaya si lo hace. Hasta el año pasado, iba una vez por temporada a EEUU a jugar los High Roller, y dos años seguidos se hizo con la victoria. Si va a Asia, suele quedar arriba del todo. Y esta vez ha sido en Estambul.
Veni, vidi vici.
1463 en la serie clasificatoria, suficiente para ocupar el puesto 13º.
En la siguiente ronda, 966 en cuatro partidas. Y un 969 en las cuatro siguientes.
Cuando habría que apretar y sólo quedaban 8, un sólido 916 cerrando con 246, y en los enfrentamientos 298 y 268 contra dos suecos.
El puto amo. Que le den a Larsen: Dios bendiga a Lasse Lintila.
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