La liga de los hombres ordinarios

Sí sí, no me he equivocado. Ya sé que la película que todos conocen es La liga de los hombres extraordinarios, pero no estamos hablando de eso. Aquí hablamos de bolos.

Para los que no vivimos en Estados Unidos y no tenemos la suerte de poder ver una final de la PBA en directo cada semana, ni leer noticias en prensa, páginas o blogs en nuestro idioma resulta muchas veces difícil hacerse una idea aproximada de cómo funciona el bowling profesional.

Lo que quizás mucha gente no sabe es que hay una forma para aprender un poco más. La única pega: el inglés. Pero incluso sin dominar a la perfección la lengua de Shakespeare creo que merece la pena echar un vistazo al que hasta ahora es el único documental que existe sobre el bowling. No pequeños reportajes de 5 minutos sobre curiosidades, sino un documental de nada menos que una hora y media.

Sin duda todos podemos pensar que había mejores formas de enfocarlo, que hay muchos aspectos que no se tratan y deberían analizarse, pero es francamente interesante.

La liga de los hombres ordinarios es el testimonio del auge, la caída y la resurección de un deporte. El bowling, ahora en horas bajas, llegó a ser uno de los grandes deportes de masas en Estados Unidos. Empezó cuando el mítico Eddie Elias covenció en 1958 a los 33 mejores jugadores del país para que pusieran 50 dólares cada uno y creasen una organización profesional.

Así nació la PBA, y en 1962, gracias a la ABC, los norteamericanos pudieron disfrutar de bowling televisado cada semana. Y no lo veían pocos. Las clasícas retransmisiones de los sábados por la tarde, presentadas por Chris Schenkel, se conviertieron en una cita imprescindible para millones de seguidores.

Entonces, de repente, algo pasó. Nadie sabe muy bien por qué, cómo o cuando, pero el bowling fue perdiendo su estatus. Las boleras del país, llenas hasta la bandera de ligas y torneos, fueron perdiendo participantes, y la PBA, impotente, asistió a la caída de sus retrasmisiones, encuadradas desde entonces en las parrillas junto a rodeos, pesca y pruebas de forzudos.

La caída fue lenta pero imparable. Primero bajó la publicidad. Después cayeron las retransmisiones, y con ellas los premios (proporcionalmente). Tiempo después, el Tour femenino desapareció y dejó en el paro a decenas de extraordinarias jugadoras. Y cuando parecía que la PBA correría la misma suerte, llegaron Chris Peters, Mike Slade y Rob Glaser, ex ejecutivos de Microsoft que compraron la PBA, inyectaron millones de dólares y lograron frenar, al menos de momento, la debacle.

Los ejecutivos contrataron a un hombre de peso, alguien con caracter, experiencia y personalidad para el reflote de los bolos: Steve Miller, un ex ejecutivo de Nike buen conocedor del mundo deportivo y con el carisma sufiente para llevar a cabo esa tarea.

Esa es la historia de La liga de los hombres extraordinarios. La historia de la revolución Miller, pero sobre todo la historia de la PBA contada a través de los ojos y la vida de cuatro jugadores de máximo nivel: Pete Weber, Walter Ray Williams Jr, Wayne Webb y Chris Barnes.

Tres veteranos y un joven. Dos triunfadores (Walter y Chris), con talento, dinero y una vida familiar perfecta. Un genio problemático como Pete Weber, con el mayor talento del Tour, hijo de una de las grandes leyendas y poseedor de un caracter indomable e incontrolable que le hacen capaz de lo mejor, pero que le ha condenado a una vida modesta.

Por último, Wayne Webb, uno de los mejores jugadores, sino el mejor, a mediados de los 80, al que el juego y el alcohol condenaron a la la pobreza y la depresión.

La liga de los hombres ordinarios hace un reparo a sus vidas y un seguimiento de su día a día durante la temporada. Sus dudas, temores y aspiraciones. Vemos la gran casa de Florida de Walter Way, el hombre que más títulos y dinero ha ganado en la historia de los bolos, pero también la modesta vivienda de Weber y los problemas de Webb para llegar a fin de mes.

Pinchando en esta página se puede ver más información, el trailer, las biografías de los jugadores y algunas cosas más.

El documental se puede comprar en Amazon, pero con el formato de DVD de zona 1, es decir, de Estados Unidos. SI no tienes reproductor adaptado lo puedes descargar de redes P2P como Emule y las de Torrent. Nosotros lo tenemos y si alguien lo pide y nos cruzamos en algún torneo se pueden hacer copias.

No voy a contar más para no destripar, pero insisto: aunque no se domine el inglés, no pasa nada por intentarlo y el esfuerzo merece la pena.

I love this game.