Demasidas veces tengo la sensación de que al hablar (o escribir) sobre el bowling priman los puntos de vista negativos, la parte mala del deporte. Todo los que jugamos y/o seguimos el bowling lo hacemos porque nos gusta, nos divierte, nos engancha, y sin embargo caemos en una espiral de quejas, protestas, enfados.
Afortunadamente, la parte bonita, la que nos enganchó, la que nos hizo aficionarnos, siempre está ahí, a la espera de que algo nos lo recuerde.
Esta vez ha sido un pequeño artículo el que nos ha devuelto parte de la esperanza perdida. Se trata de una opinión de una persona que no juega, pero que sigue el bowling por su hija.
Ella, desde una perspectiva totalmente distinta a la habitual, prístina, limpia, nos recuerda por qué el bowling puede ser maravilloso.
La podéis leer en la bitácora de Juanjo Luna. La autora es la madre de Aurora, la chica que ganó el Ciudad de Valencia alevín a principios de este año.
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1 comentario:
La verdad es que es un gozo y un alegría ver sus entrenamientos de cada jueves, transmiten algo especial. Ojalá dure muchos años este proyecto y crezca poquito a poquito pero con solidez. Enhorabuena a entrenadores y padres y, como no, a los alumnos.
Pablo MF
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