Qué pasada, mon Dieu!!!

Bueno, pues ya estamos en casita (yo, Carlos se ha tenido que ir a trabajar)



Ayer, con las prisas y la tensión de la final, nos centramos mucho en el juego que veíamos y no explicamos casi nada más.



Por ejemplo, la Organización. Era fantástica. Al ser la bolera tan gigantesca, había un mostrador bastante grande con un cartel que ponía "TOURNAMENT SECRETARY" Allí es donde los jugadores se presentaban al llegar, les daban una tarjeta para colgar al cuello con su nombre (teóricamente debían llevarla todo el tiempo, y era necesaria para utilizar los autobuses de transporte a los hoteles, de esto hablo luego). La gran Martina Jakobi estaba allí casi permanentemente, con una ayudante. En otro cartel se pedía a los jugadores que se presentasen a la serie una hora antes de su inicio. Si veinte minutos antes falta algún jugador, le llaman por megafonía, y si confirma que no va a jugar, se va avisando a los de la lista de espera. Cando te apuntas en lista de espera te dicen el número de orden que haces, y así te garantizas que no te van a colar a nadie.

Una de las cosas que yo quería comprobar es qué método se utiliza para asignar las pistas; pues bien, en eso no nos llevan ventaja, tenían un bol tapado con una toalla, cada jugador mete la mano y saca un papelito con su pista; la importancia de qué pista te toca es mínima, ya que se cambia cada partida, y como unos van a la derecha y otros a la izquierda, solamente coincides todo el tiempo con el jugador que está en tu propia pista.

La gran diferencia es que cada uno cambia cuando puede, si tu pista de destino está libre, te cambias y ya está. Eso sí, todos lo hacen de forma rápida y sin molestar a nadie. Si tu pista de destino no está libre, esperas detrás con tus bolas hasta que puedes entrar. Quizá habría que acostumbrarse en España a hacerlo así y así no nos llamaría tanto la atención cuando salimos.

Por supuesto, no se puede fumar en la bolera (realmente en Francia no se puede fumar, el Chester a 5 €, por ejemplo) y todo el mundo lo respeta. Estos días hacía un frío bastante aparente, y llovía, pero a nadie se le ocurría fumar dentro, ni siquiera entre las dos puertas. Bueno, el hecho de que hubiese una brigadilla de seguratas más anchos que altos (y eran muy altos) tenía algo que ver en ese asunto. Ya conté que uno de ellos me regañó muchísimo por ir corriendo y llevarme una silla por delante; a Eloy le echaron la bronca (bueno, bastante educadamente, la verdad) por sentarse en el respaldo de un sillón, y a todo el que se subía a una silla para ver bien, le bajaban inmediatamante, señalándole las gradas.



Hay servicio de transporte en autobús a los hoteles, pero no era muy bueno. Por ejemplo el sábado nosotros salimos del hotel sobre las 11 y los autobuses habían salido a las 7 de la mañana el primero, a las 9 el segundo y luego hasta las dos de la tarde no había ninguno. Como la bolera estaba en medio de la nada, hubo que llamar un taxi (24 pavos) Eso sí, al terminar la última serie de la noche, los autobuses estaban allí esperando para llevar a la gente.

Hemos visto jugadores excelentes. También bastante malos, todo hay que decirlo. Sorprende ver que hay gente de países "nuevos" en esto que se mueven por Europa. Había unos cuantos rusos, algunos de ellos bastante buenos, lituanos, incluso un rumano. Gente jovencísima, con tiradas muy modernas.

Proporcionalmente, no demasiados franceses. Hombre, había muchos, claro, pero es de reseñar que el fin de semana previo ninguna de las series estaba completa, y eso que había seis plazas aseguradas para los jugadores de esos días. Mucho belga (Verbruggen entre ellos) y muchísimos holandeses. Y holandesas, la mayoría de ellas buenísimas jugadoras y alicatadas hasta el techo, o sea, con maquillaje hasta en el pasaporte.

Supongo que en Finlandia también hay jugadores malos, pero lo cierto es que los que había aquí eran todos buenísimos. A ver, nos hizo mucha gracia Olli Hossi, tan veterano él, pero es que es un clásico, ha sido selección nacional de Finlandia, y eso no es cualquier cosa. El año de la medalla de bronce de España en Nottingham, él formaba parte de la plata de Finlandia. Hoy por hoy tiene una tirada algo anticuada para lo que se vé por ahí, pero es como un martillo pilón. Muchos matarían.

Y los suecos, pues eso, suecos. Qué vamos a explicar ahora de los suecos. Hasta Tomas Leandersson, medio retirado en su papel de seleccionador, se metió en la final.

Para terminar, que esto está saliendo demasiado grande, una recomendación. Si os gusta esto, viajad. Id alguna vez a un torneo, aunque solo sea a mirar. Os parecerá una tontería, pero se puede aprender tanto mirando buenos jugadores como tirando bolas.

No dejéis pasar la ocasión. Es dinero bien invertido.